Pollo de las monjas con patatas amarillas.

Es curioso lo que pasa con las recetas de cocina. A veces, una que había gustado mucho y que habíamos repetido varias veces, de repente cae en el olvido -sin que se conozca el motivo exacto- hasta que de nuevo un día nos acordamos de ella.
Ese es el caso de esta receta, en casa la llamamos "pollo de las monjas" ya que es de un libro que se editó hace unos años que recogía recetas de cocina de las monjas clarisas. Yo creo que hacía como ocho o diez años que no lo preparábamos así, y eso que en su día era una de nuestras recetas estrella!!
En cuanto a las patatas, esta es la manera que he visto siempre prepararlas en casa de mi madre, cuando acompañan a algún asado de ave, ternera etc.

Ingredientes:

1 pollo troceado
ajo
limón
tomillo
perejil
vino blanco
sal
patatas
colorante alimentario (el que se usa para los arroces)

Preparación:
En primer lugar debemos adobar el pollo con sal, ajo fileteado y tomillo. Yo antes de esto le retiro toda la piel al pollo, me gusta más así.
En el mortero machacamos ajo y perejil y lo mezclamos con zumo de limón y vino blanco. Se trata de dejar ahora el pollo en un recipiente cubierto con esa mezcla durante 24 horas en maceración. Yo, como le he quitado la piel al pollo, lo dejo menos tiempo (unas 16-18 horas).
Pasado este tiempo se pone en una bandeja que pueda ir al horno, se riega con un poco del líquido y se mete a cocinar.
Pelamos ahora las patatas, las cortamos en dados y espolvoreamos un poco de colorante alimentario. Las removemos para que, con la propia humedad de las patatas, se disuelva el colorante y las tiña.
Las freímos un poco en abundante aceite de oliva. No se trata de que se cocinen completamente, sino que formen una costra por afuera aunque por dentro todavía estén duras. A continuación se sacan de la sartén y se añaden encima del pollo cuando a éste le falte todavía un poco para terminarse de asar, de manera que las patatas acaben de cocinarse en el horno.